sábado, 5 de marzo de 2011

Una reflexión para nuestra Cuaresma...



-Si fuéramos automóviles, la Cuaresma sería el tiempo de cambiar el aceite y afinar el motor.
-Si fuéramos jardines, la Cuaresma sería tiempo de fertilizar nuestra tierra y arrancar las malas yerbas.
-Si fuéramos alfombras, la Cuaresma sería tiempo de darles una buena limpieza con el aspirador o una buena sacudida.
-Si fuéramos baterías (acumuladores), la Cuaresma sería tiempo de recargarlas.

Pero no somos ninguna de estas cuatro cosas:

-Somos personas que, quizá, muchas veces hemos hecho cosas menos buenas  y necesitamos arrepentirnos de ellas.
-Somos personas que muchas veces nos dejamos llevar por nuestro egoísmo y que, por lo tanto, necesitamos empezar a pensar en los demás.
-Somos personas que muchas veces perdemos de vista el fin para el que fuimos creados por Dios.

Necesitamos, pues, recobrar la vista… De aquí la necesidad de la oración. JESÚS es la LUZ DEL MUNDO.